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Venezuela también ha dicho basta y ha echado a andar

Venezuela también ha dicho basta y ha echado a andar“O está muerto ya, o está gravemente el señor Fidel Castro”; especulaban con histeria algunos de los medios de prensa norteamericanos, fundamentalmente los de habla hispana, tras la proclama del 31 de julio de 2006, en la que el Comandante en Jefe delegaba sus funciones por una repentina intervención quirúrgica.

Los noticiarios transmitían una y otra vez “el sorpresivo edicto”, y como de costumbre, dieron riendas sueltas a la imaginación. Hablaban de una situación de pánico en Cuba, y hasta aseguraban que la razón por la que el pueblo no exteriorizaba “el sentimiento de felicidad que lo invadía”, era por temor a las represalias. Claro, de alguna manera había que justificar la tranquilidad que reinaba del lado de acá, más allá, por supuesto, del indudable desasosiego de todos por Fidel.

Durante los días siguientes lo único que les interesó noticiar fue el estado de salud “del tirano Castro”, aun cuando no tenían información alguna. Lo importante era crear el caos y “ayudar” a despejar el camino para la anhelada transición en la Isla, aunque para ello tuviesen que recurrir al tan criticado amarillismo y la distorsión. Pero otra vez el tiro les salió por la culata.

A cinco años de aquel acontecimiento, y de esa nueva desilusión para los contrarios a la Revolución; un hecho similar “se prestaba” para otra gran campaña mediática: el presidente Chávez anunciaba que le había sido extirpado un tumor canceroso.

Inmediatamente, comenzaron las especulaciones y los falsos testimonios. Las televisoras seguían el mismo patrón de siempre: sin más imágenes que la del propio mandatario hablando a su pueblo desde Cuba sobre su situación, montaron todo un circo escenográfico, acompañado de “reflexiones” –a veces subliminales, a veces muy evidentes- sobre lo que podía ser el fin definitivo de “ese fidelista”.

Y es que el presidente venezolano es para muchos otra piedra en el zapato; algo comprensible si se tiene en cuenta que todo lo que se parezca a democracia, participación, socialismo, nunca será mirado con buenos ojos por los “buenos vecinos del Norte”.

Chávez ha sido clave además en el impulso y la integración de la región latinoamericana, que tras largos siglos de explotación y sometimiento, al fin ha despertado de la ignorancia. Para corroborarlo, están las recientes revoluciones ciudadanas en Nicaragua, Bolivia y Ecuador, que tampoco han estado exentas de las trampas de la extrema derecha internacional, encabezada por Estados Unidos.

Para sorpresa suya, en muy poco tiempo Chávez volvió al Palacio de Miraflores para continuar con sus responsabilidades gubernamentales, enfocadas en reducir la desigualdad social, recuperar el sector de la vivienda, aumentar el nivel de vida del pueblo bolivariano, lograr la plena soberanía sobre los recursos naturales del país.

El pasado martes el mandatario del país suramericano informó que viajaría a Cuba para ser operado de una nueva lesión de dos centímetros de diámetro en la pelvis. Quedaba servida la mesa para otra campaña difamatoria.

Titulares como “Chávez tiene metástasis en el hígado”, o “le detectan un nuevo tumor cancerígeno al presidente venezolano”, recorrieron el mundo esta semana. “La gran noticia” llegaba en el mejor de los momentos para los aberrados: a solo siete meses de las elecciones presidenciales, para las cuales Chávez es el candidato por excelencia.

Buena sorpresa debieron llevarse entonces con los mensajes de aliento que el pueblo le ha hecho llegar a su Comandante.

Lo cierto es que Venezuela también ha dicho basta y ha echado a andar, por encima de las diferencias internas, los errores que implican toda obra humana, la vorágine de una Revolución, la injerencia internacional y las trampas del bien llamado “cuarto poder”.