La tragedia de los cereales

La tragedia de los cerealesLa Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) vaticinó para este año una reducción en la producción mundial de cereales, lo cual atribuye a una disminución de la superficie cultivada y la adversidad de la climatología en los principales países cerealeros.
   
Aunque en Europa y Estados Unidos las condiciones son en general favorables para el trigo de invierno, sus áreas también decrecen, como consecuencia principalmente de la persistencia de precios elevados para los insumos, según el último informe de la FAO sobre al particular.
   
Sin embargo, en las naciones subdesarrolladas y de déficit alimentario, las perspectivas son negativas para la cosecha, sobre todo de maíz en África meridional, por la existencia de una prolongada escasez de lluvias que también influye sobre el trigo en Asia.
   
En Sudamérica, la producción de trigo en 2008 bajó a la mitad, debido a la sequía en Argentina  y la persistente falta de lluvias, lo que influye en forma negativa en torno a los cereales secundarios en la región en 2009.
   
A pesar del descenso de los precios internacionales en la segunda mitad de 2008, los nacionales de los alimentos continúan siendo muy altos en muchos países en desarrollo, con impacto directo en el acceso de los grupos de población de bajos ingresos.
   
En Sudamérica y Centroamérica, los precios de los principales alimentos básicos han continuado subiendo -o no han bajado- en los últimos meses.
   
La situación empeora en el caso del trigo y el arroz importados, que son alimentos básicos en esas zonas, ya que los costos siguen disparados.
   
Pero la crisis alimentaria persiste en 32 países del mundo, en particular en la Franja de Gaza, tras la última agresión militar israelí, denominada Plomo fundido, que costó la vida a mil 300 personas y más de cinco mil heridos.
   
Las últimas previsiones de la FAO para el año comercial 2008/09 (junio/julio) apuntan a nuevos incrementos en el uso de cereales para la producción de biocombustibles.
   
Suman en total 104 millones de toneladas, un 22 por ciento por encima del estimado en 2007/08, en una cifra que representa el 4,6 por ciento de la producción mundial de cereales.
   
Solo en Estados Unidos, el mayor consumidor de combustibles en el mundo y también el más contaminador, se prevé que el uso total se incremente hasta cerca de 93 millones de toneladas (de las cuales 91 millones son de maíz), un 19 por ciento más sobre el nivel de 2007-08.
   
Las previsiones anteriores indican un incremento aún más rápido en el uso del maíz para biocombustibles, pero el fuerte descenso de los precios del petróleo y la crisis de la economía norteamericana, con su consecuente expansión, aminoran tales expectativas.