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Sin sorpresa en Cuba por hostilidad de precandidatos de EE.UU.

Sin sorpresa en Cuba por hostilidad de precandidatos de EE.UU.La Habana, 26 ene.- La postura anticubana mostrada en los últimos días por precandidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos está en sintonía con la tradicional hostilidad de Washington contra la isla, consideró hoy un estudioso del diferendo bilateral. Para Jorge Hernández, director del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana, más allá de esos discursos enmarcados en la campaña electoral norteamericana, se trata de las pretensiones de destruir a la Revolución que triunfó el 1 de enero de 1959.

"En la clase dominante del vecino país el consenso es la mano dura para poner a Cuba de rodillas, porque sigue sin aceptar el proyecto de soberanía e independencia construido a apenas 90 millas de distancia", señaló en esta capital a Prensa Latina.

A principios de la semana en curso, los aspirantes a la Casa Blanca Newt Gingrish y Mitt Romney coincidieron en las primarias de su partido en atacar a Cuba, llegando incluso el primero de ellos a abogar por operaciones encubiertas para desestabilizarla.

De acuerdo con Hernández, ambos contendientes republicanos buscan con su conducta ofensiva "enamorar" el voto cubano-americano, concentrado en La Florida, en su afán de enfrentar al presidente Barack Obama en los comicios de noviembre próximo.

Aunque la comunidad cubano-americana cuenta con bases mayoritariamente interesadas en mejores relaciones bilaterales, predomina en la misma el criterio de élites vinculadas a la extrema derecha, advirtió.

Dominan círculos afines con congresistas como Ileana Ros-Lehtinen, Lincoln Díaz-Balart y Robert Menéndez, quienes persisten en el empeño de castigar a la isla por no plegarse a la democracia liberal, el libre mercado y el pluripartidismo, dijo.

El investigador recordó que la tradicional hostilidad contra la Revolución proviene tanto de republicanos como demócratas.

Las posiciones de Obama, de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y otros funcionarios de la actual administración demócrata gravitan en una órbita parecida a la de sus rivales, expuso.

Según Hernández, Estados Unidos es un imperio cuyas elites no dan mucho margen de variación en la conducta de los gobernantes, cuando de mantener el "establishment" se trata.

Una prueba de ese escenario ha sido que bajo la gestión de Obama, el bloqueo no solo continuó como en las nueve administraciones anteriores, sino que se fortaleció con la persecución de las transacciones financieras y el comercio exterior de Cuba.

"Esta situación de consenso permite vaticinar que gane quien gane en las presidenciales de noviembre, no son previsibles cambios dramáticos en la política de Washington hacia la isla".

El bloqueo aplicado por más de cinco décadas, la ocupación de la base naval de Guantánamo, las agresiones de radio y televisión, la ley de ajuste (estímulo a la emigración ilegal) y la propaganda subversiva, son acciones destinadas a prevalecer, al menos a corto plazo, estimó. (PL)