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Cuba, curiosidades de su geología

La historia geológica de Cuba es un compendio de formaciones rocosas, fósiles y minerales que deben formar parte del acervo cultural de la nación y sus curiosidades constituyen verdaderas maravillas del paisaje natural. Una de ellas es el término mogote, que surgió para designar la elevación de roca caliza, de cima más o menos redonda, con paredes verticales y muy comunes en el Valle de Viñales.

Algunas elevaciones comparables por su tipo y origen existen en la República Popular China, Viet Nam y Tailandia.

La Sierra de los Órganos, en el occidente cubano, recibe ese nombre porque, desde el mar, si se mira hacia el sur, los empinados mogotes parecen los tubos de un órgano de piedra.

Sin embargo, no solo son exuberantes por su modelo, sino también por el alto endemismo de plantas y animales que habitan en su interior e incluso por su origen.

Hay casos en que aparecen aislados, pero como regla, establecen cadenas y desde la altura presentan varios morros, separados por profundas hendiduras o por valles intramontanos circulares.

Estos últimos son llamados por los campesinos hoyos de montaña, quizás porque se asemejan a los agujeros azules del fondo marino y las casimbas o cuevas verticales, con la particularidad de que están secos y a gran altura.

Pero si son observados de perfil, hay mogotes que parecen elefantes y otros dan la imagen de ser pirámides mayas.

En esencia, aparentan enormes moles de dura roca caliza, aunque nada más lejos de la realidad, porque en su interior se encuentran varios niveles de cavernas superpuestas, unidos por cuevas verticales.

Poseen salones que alcanzan la centena de metros de diámetro y de elevación. Más claro, los mogotes son como un cascarón con inmensos vacíos en su interior.

Los pinareños están compuestos por calizas negras y grises, carentes de porosidad, que pertenecen a la era Mesozoica, de edades jurásica superior y cretácica. 

En la Sierra de Rosario las elevaciones también se componen de calizas, las cuales se intercalan con rocas no calcáreas, todas muy bien estratificadas.

Por esa razón, no son comunes las laderas verticales y sí se forman lomas del tipo cuchillas, con agudas cimas alargadas y laderas suavemente inclinadas.

Premisa vital en su aparición desde épocas remotas es el movimiento de levantamiento secular del terreno, que con el transcurso del tiempo dio lugar a las montañas de la Cordillera de Guaniguanico.

Si no hubiera ocurrido un alzamiento, no habría montañas ni influyeran con mayor intensidad los procesos provocados por la acción de la atracción de la gravedad: derrumbes y deslizamientos.

Tales movimientos ascendentes desempeñan un rol preponderante en el surgimiento de las cavernas en la Sierra de los Órganos, lo que añade singularidad a los mogotes. (Por Manuel Iturralde, Doctor en Ciencias, AIN)