La paz no es una alternativa, es la única opción
Si el ser humano pretende perpetuarse como especie en el único planeta que tiene para hacerlo en todo el universo hasta ahora conocido, tiene que replantearse muchos de los postulados por los que hasta ahora se ha regido, el más importante de todos: la paz.
Preservar la paz supone un cambio radical en la política beligerante de ciertos bloques y países individuales. Supone un aumento de la tolerancia, de la aceptación de la diversidad como un potencial de riqueza humana y también implica ser más responsables a todos los niveles, desde el individual hasta el colectivo.
La ausencia de paz afecta a todos y a todo: a los que están en medio de conflictos bélicos –que por supuesto son los que más sufren– y a los que no. No puede imaginarse alguien que se pueda vivir tranquilo en un mundo inseguro, con misiles nucleares amenazando con una hecatombe, que puede desatar algún loco. Tampoco se podría vivir en un mundo ecológicamente devastado a causa de las agresiones constantes al entorno, fundamentalmente en los países en guerra.
En una era cada vez más globalizada, donde todos dependemos de alguien, vivir en paz es la única opción inteligente y madura. Es la alternativa cuerda ante tanta incoherencia de los egoístas, que solo buscan aumentar su patrimonio sin importar el costo de vidas y daños al entorno.
El Día Mundial de la Paz no puede ser solo uno; la paz no puede ser la excepción, si no la regla en el planeta Tierra.
Por la paz hay que trabajar a diario, cada uno desde su posición, pequeña o grande. Desde su país, rico o pobre. Desde la filosofía o religión que se profese. Nada se podrá alcanzar, ni disfrutar, si no hay paz.
La paz es posible para todos, no para una élite de privilegiados. Unamos nuestras intenciones por hacer de la coexistencia pacífica el único estilo de vida en este mundo. Digamos NO a la violencia de cualquier tipo. Convenzámonos de que la paz no es una alternativa, es la única opción.
(Iliana Pérez Lara/ Radio Santa Cruz)