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Santa Cruz del Sur cuida sus riquezas ambientales

Santa Cruz del Sur cuida sus riquezas ambientalesEn Santa Cruz del Sur, las áreas protegidas que conforman las riquezas ambientales se extienden hasta las regiones marinas de amplia recreación y repercusión para los que aman observar peces, rocas, plantas acuáticas, corales y otros componentes de la flora y fauna que abundan en las cayerías de los Jardines de la Reina, el más grande reducto marino virgen en Cuba y que se localiza a 50 kilómetros de la Punta de Playa Bonita, en el litoral sureño.

Toda esa zona de la costa sur perteneciente a este municipio, el más austral de la provincia de Camagüey, es conocida también por cayería de las Doce Leguas y fue denominada hace más de un año como Parque Nacional, galardón que recibe por ser una de las zonas más hermosas de los 70 mil kilómetros cuadrados de la plataforma sumergida de Cuba, además de ser un área bien conservada.

Según los datos que reúne el sitio digital güije.com, esos cayos sureños eran lugares estratégicos que servían para el desembarco de las expediciones negreras y de refugio a los piratas que por tantos años causaron daños en las costas y tierras del Mar de las Antillas.

Sin embargo, el accionar de los integrantes de Flora y Fauna, de conjunto con los especialistas del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente en Camagüey (CIMAC), va dirigido a los monitoreos de las distintas especies que en él habitan, principalmente a aquellas que están en peligros de captura y extinción en esa región como, las tortugas, jutías, iguanas y las aves acuáticas.

El Laberinto de Las Doce Leguas o Jardines de la Reina se extiende a través de 135 kilómetros de espléndidos sitios para la contemplación subacuática, con colonias de esponjas y grandes jardines de arrecifes, atracción marina de Santa Cruz del Sur que se somete a seguimiento científico durante todo el año para determinar las poblaciones y familias que existen, con el objetivo de conservar, preservar y proteger la riqueza natural que posee este municipio agramontino, que como escribiera el cronista español Antonio Perpiñá: “Eran aquellos enormes bosques el solitario país de mil gaviotas, que revoleteando en su derredor, daban al marino paisaje el aspecto más poético y embelesante.” (Yamile Agrenot Castillo/ Radio Santa Cruz)