Postes preservados: Resisten más y cuestan menos

Postes preservados: Resisten más y cuestan menosLa producción de solo dos años bastó para amortizar los costos de inversión de la Planta de Postes Preservados para el servicio público, única de su tipo en el país, que se instaló aledaña a una antigua que existía en Guane, Pinar del Río. Este año debe completar, por primera vez, los 30 mil postes que admite su capacidad de diseño, con lo cual se ahorrarían al país 6 millones de dólares, al sustituir la importación de igual cantidad de unidades que provienen del exterior.

Para la reparación o instalación de nuevas líneas eléctricas y de las telecomunicaciones, Cuba requiere entre 65 mil y 70 mil postes cada año, pero calculan que, en la medida que se estabilice la producción nacional, la demanda disminuirá a unos 20 mil.

El contraste de la tecnología

Para procesar los altísimos postes se emplean dos pequeñas plantas y amplios espacios donde depositarlos. En la descortezadora se beneficia el tallo: corte al largo ideal (de 9,2 a 15 metros si es para el tendido eléctrico y de 7,5 a 9,2 m para la telefonía), se perfila, se tornea y lo dejan secar; y se emplazó al lado de uno de los más grandes aserraderos de Cuba: Combate de las Tenerías, también de la Empresa Forestal Integral Macurije.

La segunda etapa del proceso se completa en la planta de impregnación: los postes se colocan en una autoclave que funciona con vacío y presión para introducir en la madera los productos químicos que la preservarán de enfermedades y plagas, explicó Francisco Díaz Roque, jefe de este centro.

Ambas plantas funcionan con tecnologías de avanzada. El mayor beneficio económico se logra con el proceso industrial: la impregnación tiene un costo ínfimo y un volumen de producción alto (dura 4 horas y logran 220 unidades en 14 horas), salvando así los elevados gastos de la tala, el acarreo y transportación de los bolos.

Desde que la planta de Guane comenzó a funcionar, en julio de 2009, se han entregado 45 mil postes. “Al principio teníamos los patios llenos, la extracción era lenta, al parecer por la propia desconfianza de los inversionistas en una producción nueva, pero ya tenemos inventarios mínimos. Hasta mayo, se habían terminado 11 mil 500 postes, por lo que se prevé que a la vuelta de un decenio nuestra industria cubra las necesidades del país”, sentenció.

El programa de desarrollo de la rama forestal contempla el montaje de otras dos plantas de impregnación para diferentes tipos de madera, una en el centro y otra en el oriente, con lo que se podría comenzar a asumir la demanda en surtidos para las construcciones, instalaciones y cosecha del tabaco, traviesas y postes de cerca.

En ambos centros bastan 70 trabajadores para realizar un proceso que va desde construir y mantener los caminos dentro del bosque, talar los enormes árboles, acarrearlos y procesarlos.

Mario Coca Vidal, secretario de la sección sindical, destacó las condiciones de trabajo en las plantas y la atención que se brinda a los trabajadores, quienes reciben sus salarios de acuerdo con los resultados finales de la producción.

Postes para rato

Los postes de madera, con una durabilidad que oscila entre los 20 y más de 25 años, tienen ventaja sobre los de hormigón. Son mejores las características mecánicas de los primeros, que ceden ante el embate de los vientos y luego vuelven a su posición, mientras los segundos parten con frecuencia y se hacen con materiales de alta demanda como son el cemento y el acero, apuntó Díaz Roque.

Las pruebas realizadas en laboratorios a los postes cubanos y los comprados en el exterior dan ventaja a los criollos, que tienen más resistencia ante la fricción del viento, acotó. En la planta de Guane se hacen mayoritariamente con pinos, aunque reconocen que son mejores aún los de eucaliptos, una madera semidura que soporta más la exposición al ambiente, el ataque de hongos y termitas; y requiere menos productos químicos en el proceso de
preservación.

La Empresa Forestal Integral Macurije no cuenta con eucaliptos suficientes para la producción masiva de postes, por lo que se acometen programas de siembra en los municipios de Mantua y Guane. Una vez talada, la planta retoña y con un trabajo de silvicultura, vuelve a dar poste, mientras el pino necesita por lo menos 20 años en alcanzar la talla requerida y se corta una sola vez. Ambos métodos hacen sostenible la explotación del bosque, argumentó.

Productos menos agresivos

La impregnación se hace con fungicidas e insecticidas diluidos en agua. Esos productos químicos los suministra a Cuba, desde hace dos años, la empresa brasileña Montana, y según Adolfo Pessoa, uno de sus supervisores, los resultados son óptimos. “En Brasil, se logra una alta efectividad en obras expuestas a las condiciones naturales y al ataque de organismos xilófagos”.

En nuestro país se preserva el 2 % de toda la madera, mientras que los países desarrollados lo hacen al 50 por ciento. Los productos forestales que se importan tampoco vienen tratados, por lo que aumentar este servicio es vital para prolongar la durabilidad de estos recursos, sentenció el investigador titular Carlos Sosa, del Instituto de Investigaciones Agroforestales.

Recordó que el proceso de preservación de madera comenzó en Cuba a partir de 1930, con la puesta en marcha de una planta en Minas de Matahambre, Pinar del Río, para la impregnación de las bocaminas. Treinta años después se erigió otra en Guane, ambas se fundieron, y en la actualidad funciona esta mucho más avanzada.

Las de antaño, precisó, utilizaban la creosota acrílica, el mejor preservador contra los xilófagos, pero está compuesta por 168 químicos y tiene efectos cancerígenos, por lo que se ha desechado en todo el mundo. Los productos hidrosolubles que usamos ahora permiten otros usos de la madera, pintarlas y barnizarlas. Las perspectivas son grandes y nos sentimos optimistas, dijo Carlos.

Del proceso de producción de postes nos faltó por ver una faena apasionante y esforzada: encontrar el árbol adecuado dentro del bosque; la tala y el acarreo. Por esos días de recorrer la floresta de la zona noroccidental de Cuba, llovió intensamente y se hicieron imposibles esas labores.

Nos contaron que los caminos están muy deteriorados y son escasos los recursos para mejorarlos y hacer otros nuevos (incluye maquinaria y combustibles), que son imprescindibles para explotar adecuadamente las plantaciones, entre ellas algunas que llevan más de 50 años sin talar.

Pero aún en esas tardes grises, cuando la copiosidad de la lluvia opaca y envuelve la majestuosidad del bosque, es fácil imaginar que allá en las cimas, en las cuestas o en la llanura siempre quedará un árbol maduro “dispuesto” para dar uno de esos enormes postes.
• Cada poste importado cuesta entre 147 y 280 dólares; los de grandes dimensiones pueden llegar a mil 100, mientras su producción en Cuba se reduce a 77 dólares por unidad.
• 30 mil postes de servicio público equivalen a 10 mil metros cúbicos en bolo, con los cuales se obtendrían 5 mil metros cúbicos de madera aserrada.

(Tomado de Trabajadores digital)