Alegría caracteriza quehacer laboral en Ciego de Ávila

Alegría caracteriza quehacer laboral en Ciego de ÁvilaCiego de Ávila, 23 jul.- Una participación sin precedentes en el quehacer laboral caracteriza a esta ciudad, a medida que se acerca el 26 de Julio, Día de la Rebeldía Nacional. La movilización de trabajadores, cederistas, federadas, jubilados, combatientes de la Revolución Cubana, amas de casa y escolares es tan numerosa y entusiasta que se confunden y mezclan las profesiones de cada quien.

Lo que ocurre a la salida y entrada de la capital provincial por sus cuatro puntos cardinales y otras arterias viales es, sencillamente, como un “tsunami” de alegría que estuvo nueve años “gestándose” para “explotar” ahora, aseguran los pobladores.

Con machetes, guatacas, rastrillos, segadoras o cualquier otro implemento, los avileños limpian las cunetas y sustituyen la maleza por posturas de árboles maderables y frutales.

El ocio desapareció de la urbe capitalina, ya que todo está cubierto por constructores, pintores, electricistas y pavimentadores de calles, en las cuales el sonido de palas, cucharas y martillos neumáticos se escucha hasta altas horas de la noche.

Sin embargo, el exceso de ruido por el martilleo esta vez resulta agradable a los oídos, como sinónimo de constancia y esfuerzo para cumplir los compromisos con la Patria, afirma el trabajador pecuario Pedro Martínez.

Mientras embellece su cuadra junto a los demás cederistas y federadas, la ama de casa Gloria Estévez coincide en que a veces es imposible apreciar los oficios de cada uno, porque todos quieren aportar su esfuerzo.

Otro ejemplo del incansable quehacer de los avileños por estos días se aprecia en Isabel Consuela, quien -a pesar de rondar los 80 años de edad- quería ayudar en la pintura exterior del edificio donde vive, “para que la fiesta del 26 de Julio sea más bella”, manifiesta.

El campesino Diego Gutiérrez Pascual no quiere quedarse atrás, y el mismo día que cumplió 77 primaveras se levantó más temprano que de costumbre a atender su finca en la zona de Jicotea, a 11 kilómetros de la casa.

“Es que mi parcela está al lado de la Carretera Central y quiero que todos los que crucen por allí digan: “Esa finquita también está en 26”, dijo. (AIN)