Sobran razones para el regocijo en Ciego de Ávila

Sobran razones para el regocijo en Ciego de ÁvilaHay acontecimientos que marcan la vida de los pueblos. De ello dan fe los habitantes de Ciego de Ávila, quienes festejan por estos días la designación de la provincia como sede del acto central nacional por el aniversario 58 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

Vuelve ahora a la memoria lo sucedido aquel 26 de Julio de 1977, cuando los avileños fueron subsede del Día de la Rebeldía Nacional, y acudieron por decenas de miles a Camagüey a festejar la fecha.

Tres años después, en 1980, Ciego de Ávila efectuó el acto central cubano por la gloriosa efeméride, al igual que en 2002, tras 22 años de multiplicada energía y frente a las adversidades económicas, acentuadas por el bloqueo yanqui y los fenómenos atmosféricos.

Pero el movimiento político denominado “Sin perder un día” se adueñó en los últimos años -como generador de iniciativas- de los trabajadores, estudiantes, combatientes, campesinos, jubilados y amas de casas de todos los municipios.

Ello permitió escalar posiciones superiores en el período emulativo anterior, especialmente en organismos significativos desde el punto de vista de la economía y el sector alimentario.

Tal es el caso de la producción agropecuaria, con 460 mil toneladas de enero de 2010 a julio de 2011; mientras, en la más reciente zafra los avileños fueron quienes más azúcar aportaron de forma extra a la nación.

¡Y qué decir del Parque de la Ciudad, del bulevar, de la evolución del Sur de la urbe, del auge urbanístico del reparto Ortiz…!

Sin obviar insuficiencias en la producción, los servicios y la docencia, el esfuerzo devino en más y mejores resultados, con énfasis especial desde finales de 2008 cuando la provincia comenzó a transitar por el camino
de las transformaciones económicas y sociales.

Los controles de la Emulación Especial por la histórica fecha fueron motor impulsor entre las empresas y colectivos laborales, entre los cuales primó el apoyo recíproco y la unidad para vencer obstáculos.

No por gusto a Ciego de Ávila -siempre llamada la Tierra de la Piña, la Ciudad de los Portales, la Capital de la Locución Cubana-ahora  también se le conoce como la Ciudad de las Rotondas y de los parques.

Esos merecidos epítetos la engrandecen, en tanto surgen nuevas metas para los habitantes del territorio, enfiladas a cumplir los acuerdos del VI Congreso del Partido y actualizar el modelo económico cubano.

Al llevar a la poesía los avances y empeños de los avileños, podemos decir así: Esta gesta del Moncada / hija del valor y el fuego / le sigue poniendo a Ciego / la presencia remozada. (Por Julio Juan Leandro, AIN)