Ganaderos camagüeyanos por mejorar calidad de la leche
Camagüey, 16 jun .- Al tiempo que con las lluvias aumenta sostenidamente la producción de leche de vaca, los ganaderos de la provincia de Camagüey trabajan por mejorar la rutina del ordeño y así elevar la calidad de la leche.
Eduardo Cruz, presidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Jesús Suárez Gayol, iniciadora en Cuba del movimiento millonario organizado por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, dijo a la AIN que en esa unidad se exige aplicar las normas para evitar la merma en calidad.
Es preciso que los vaqueros se laven y se sequen las manos antes de iniciar el ordeño, higienizar también la ubre de los animales, filtrar la leche y colarla, porque son pasos fundamentales en esta tarea, afirmó.
Reconoció que no cuentan con los filtros especialmente construidos para ese fin, pero los ganaderos aplican alternativas con los medios disponibles, como el uso de la tela antiséptica.
En sus 30 años de creada, la CPA produjo más de 38 millones de litros del alimento vacuno y a mediados de la década del 80 del pasado siglo empezó el movimiento millonario en el país.
Cruz señaló que se vela especialmente por la calidad de la leche y la rutina del ordeño porque, además, de ello dependen los ingresos de los campesinos, quienes están vinculados a los resultados.
Nosotros comercializamos con el Estado, mayormente con la empresa Productos Lácteos Camagüey, a más de 2,40 pesos el litro, lo cual indica que la leche de la cooperativa es de primera.
En los últimos tiempos la calidad de la leche bajó en la provincia, y ahora se realizan esfuerzos por rescatar la tradición que en ese aspecto tiene aquí la ganadería.
Reinaldo Martínez, de la dirección pecuaria en la delegación del Ministerio de la Agricultura, precisó a la AIN que están en práctica acciones de capacitación con los ordeñadores para asegurar el cumplimiento de las normas en el ordeño.
Añadió que existen 22 laboratorios en el territorio para determinar la calidad de la leche a partir de las pruebas de reductasa que miden la cantidad de microorganismos, inocuos o patógenos, existentes en un mililitro del producto, y además conocen también su contenido de grasa. (AIN)
