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Reconocen logros de Cuba en la protección y desarrollo de su infancia

Reconocen logros de Cuba en la protección y desarrollo de su infanciaEn fecha reciente Cuba recibió el reconocimiento de la comunidad internacional por la aplicación en la mayor de las Antillas del Convenio de los Derechos del Niño. La representación cubana, presente en los debates de la 57 sesión del Comité de Derechos del Niño, reunida en Ginebra, tuvo a su cargo la presentación del informe de nuestro país, donde se dieron a conocer los logros de la Isla en la protección y desarrollo de su infancia, asignatura aun pendiente en buena parte del mundo.

Significativo resulta el hecho de que el positivo cuadro logrado por Cuba se haya materializado en las difíciles condiciones de país, bloqueado por la principal potencia capitalista de la historia y que, además, debió enfrentar en la década de 1990 el rudo golpe de la desaparición de su vital intercambio económico con la entonces Unión Soviética y el extinto campo socialista europeo.

Sin embargo, a pesar de todos los avatares y limitaciones, la atención a la niñez y la adolescencia nunca dejó de ser prioridad en la Isla, al punto que, según reza el informe cubano a la conferencia, “más del 50 por ciento de los gastos corrientes del presupuesto estatal se destinan a salud, educación, asistencia, seguridad social y cultura".

Por añadidura, durante el pasado año la tasa de mortalidad infantil se redujo en el país a 4,5 defunciones por mil nacidos vivos, con la relevante noticia de que en 21 municipios esa cifra fue cero.

Por otro lado, los infantes cubanos reciben gratuitamente 10 tipos de vacunas que los protegen contra 13 enfermedades trasmisibles, y se han abolido otras seis mediante ese empeño preventivo nacional.

Cuba ha sobrepasado con creces los seis objetivos del Programa de Educación para Todos de la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Cultura y la Educación, (UNESCO), y ha cumplido plenamente las metas de tres de los cuatro Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Se trata de la realidad nacional que, por supuesto, ha sido posible, entre otras cosas, por la enorme voluntad política del país de proteger a sus futuras generaciones y asegurarles una vida plena y venturosa.

Esta realidad contrasta con la de otras muchas naciones subdesarrolladas e, incluso, del llamado primer mundo, donde la infancia enfrenta serias barreras y niveles de deterioro.

Porque son la niñez y la infancia de los sectores más golpeados hoy por las consecuencias de la crisis económica que abrió puertas en los Estados Unidos en 2008 y se ha extendido a escala planetaria.

Es una debacle que  ha encarecido aun más los alimentos y la factura energética, y disparado a límites insoportables los índices de desempleo y abandono social, incluso en las tituladas sociedades opulentas, estremecidas hoy por continuas protestas ciudadanas.

Mientras, las guerras de agresión imperiales extienden su manto destructivo por todas partes y hacen mella principalmente en sectores tan vulnerables e inocentes como la niñez.

No puede pasarse por alto, por ejemplo, que aun es lacerante realidad el uso de niños como soldados forzados en muchos conflictos; que en el Tercer Mundo la mortalidad infantil es 10 veces superior que en el Primer Mundo;  ahora mismo millones de infantes viven en las calles, deben trabajar o resultan simplemente esclavos.

La explotación sexual de la infancia reporta a las mafias no menos de 35 mil millones de dólares anuales en ganancias netas, entre otras barbaridades instauradas por sistemas socio-económicos donde el ser humano es pura y burda mercancía. (Por Néstor Núñez, AIN)