El mejor homenaje a Vilma
La voz suave de Vilma sigue balanceándose en el canto como paradigma y guía en todas las batallas. Su accionar vibra en la historia de la clandestinidad, el soldado tocando las nubes en la Sierra, alma clara del permanente triunfo. Brilla como estrella esparciendo esplendor, erguida entre las palmas reales, perfumada rosa, melódico manantial.
Los deberes revolucionarios no le impidieron ofrecer pureza al matrimonio, y a los hijos nacidos de éste. No eligió un príncipe como compañero de la vida, le dio el sí eterno al hombre con el que podía compartir ideales fieles al lado de Fidel.
El legado de la Espín Guillois está en el actuar de todas las cubanas, en la sonrisa de aquellos niños, hoy hombres de bien, que la conocieron, encargados de llevar a las presentes y venideras generaciones la obra de la consagrada martiana, atenta siempre al mejoramiento humano, defensora a toda costa de la mujer, la que no sería nunca más discriminada en nuestra sociedad, como aún sucede en muchos lugares del planeta.
En cada reunión del Partido, el Estado y las organizaciones de masas, resultó presencia activa y respetuosa. Resaltaban además la honestidad, el sentido del deber, la honradez, modestia y combatividad inquebrantable.
Al llegar el primero de enero de 1959, inicia Vilma una labor creadora, funda y dirige la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), al mismo tiempo salvaguardaba en cada tribuna nacional o internacional los derechos de su Isla amada.
Los acordes de El Mambí y conocidas canciones tradicionales llevan la expresión de la revolucionaria más linda. No has dejado de existir, sigues audaz, soñadora, siendo presencia necesaria.
Seguidoras del deber
“Mujeres como Vilma dejan impregnadas en nosotras su ejemplo, el que hay que seguir siendo cada día mejores, en el sentido humano, laboral y familiar, siendo fieles a esta Revolución hasta las últimas consecuencias y federadas hasta la muerte”, significó inspirada, Ada Martínez Navarro, trabajadora de la Empresa de Telecomunicaciones SA. (ETECSA).
Milagro Vargas Pérez es propietaria de un amplio apartamento, en un edificio multifamiliar entregado a los damnificados del huracán Paloma. Nos convida a subir al pintoresco inmueble, el que parece haber sido decorado por un profesional. El 81 cumpleaños de la creadora de la FMC la emociona. “Las ideas de Vilma fueron firmes y revolucionarias… una gran compañera, luchadora constante en este proceso, defensora de las conquistas socialistas…”
Recuerda las responsabilidades que tuvo en dos bloques de la Federación de Mujeres Cubanas cuando residía en la playa. “Ahora no tengo cargos, pero sigo cumpliendo. Si tengo que volver a dirigir aquí en la base lo haré, puede estar seguro de eso”.
Unas flores rojas lleva para su hogar Francisca de la Concepción Periú Hernández. “Las pondré cerca de la foto de mi mamá”. Al transmitirle nuestro interés, acomoda bien la sombrilla para compartir la sombra: “Vilma sigue siendo una madre para mí. Ella nos enseñó a trabajar como federadas, a luchar por esto, a mantenernos unidas en cada tarea…”
Ada de la Cruz Torrente es una maestra de la peluquería, embellecer a las féminas que requieren de este servicio es deber primero, para que vuelvan a sus casas “lindas, porque las mujeres no nos podemos dejar caer”. Se mantiene peinando a una cliente sentada en ese justo momento en el sillón, desde donde esta trabajadora de los servicios es útil. “Recuerdo a Vilma como una gran heroína, una mujer valerosa, preocupada por todo, sencilla, una cubana en la vanguardia, es esa la posición donde nos mantenemos las revolucionarias”.
En la cocina del Restaurante Veril Azul las encargadas del arte culinario preparan los apetitosos alimentos para el almuerzo. Iraida Rodríguez Pons no deja de mover las chicharritas con la gran espumadera. El nombre de Vilma le llena de adjetivos las palabras. “Fue una excelente dirigente. Tengo el mejor criterio de ella. Quisiéramos no haberla perdido físicamente, pero sigue estando dentro de nuestros corazones. Fue una mujer guapa, la sigo admirando”.
“Sin distinción ni credos la fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas buscó igualdad entre todas las féminas cubanas logrando convertirnos en productivas trabajadoras, desarrollando nuestra preparación técnica y profesional y creando un lugar para nuestros hijos, donde estuvieran bien cuidados: los círculos infantiles”, refiere Silvia Mesa Moreno.
La Metodóloga de la Educación Preescolar dice tener presente a Vilma cada día, “siendo perseverante en cada jornada, demostrando que podemos cumplir mejor los deberes, ser más eficientes y educar bien a nuestros críos para que sean revolucionarios cabales”. Es el mejor homenaje a Vilma.
Santiago SantaCruz
Cortesía para Radio Santa Cruz