Unos se quedan, otros se van
Esta foto de Juvenal Balán, fotoperiodista cubano, publicada en el diario Granma Digital, y en la que aparece un niño haitiano en gesto de agradecido abrazo, resume la actitud de cientos de miles de víctimas del terremoto ocurrido en esa hermana nación caribeña, hace apenas 20 días.
Los colaboradores de otros países regresan a sus lugares de origen, pues estiman que la emergencia ya pasó.
Los cubanos siguen sin descanso enfrentando otras calamidades, que surgen de la difícil situación epidemiológica, lógica en este tipo de desastres, donde la acumulación de desechos y escombros de los que viven en parques y otros espacios públicos, sin las mínimas condiciones de salubridad, agravan el caos del sismo.
En medio de las noticias que van y vienen desde varias partes de este mundo, con los médicos cubanos en distintas misiones humanitarias como protagonistas, se anuncia unilateralmente, por el gobierno de Panamá que prescindirán de la Operación Milagro, liderada por Cuba, y que había devuelto la visión a 49 mil 715 panameños, la mayoría pacientes pobres, en especial campesinos e indígenas.
El gobierno centroamericano asegura que la cooperación cubana ha dejado de ser necesaria porque será garantizada por los sectores público y privado de la salud en ese país.
Y Cuba, que acude solícita con sus servicios cuando es requerida, se retira de Panamá con la satisfacción del deber cumplido con los más necesitados, a diferencia de otros que persiguen recursos naturales tras pretendidas luchas y "ayudas" de por vida.
Parece ser que ya hay gran descontento entre los que están acostumbrados a la politiquería de derecha, que con toda razón dudan si será cierto que continuarán beneficiados por el programa denominado "Visión 20-20".
Los cubanos lo sentimos por el hermano pueblo de Omar Torrijos, el único que saldrá perdiendo en esta decisión nada extraña en un gobierno pro yanqui, cada vez más comprometido con el Imperio y menos con el pueblo que le llevó al poder. (Iliana Pérez Lara/ Radio Santa Cruz)