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Año relevante para la cultura cubana

Año relevante para la cultura cubanaLa solidez de la cultura en Cuba y su prioridad en la Revolución se expresan no sólo en que todos los eventos nacionales e internacionales programados este 2008 se desarrollaron -pese a dificultades económicas y huracanes -, sino en que los datos revelan una creciente participación del pueblo en diversas opciones.
  
Si en el último decenio la preferencia, en buena medida, recaía en la televisión -sobre todo durante el verano-, ya hay una tendencia a una mayor diversificación del disfrute en teatros, ferias de arte, conciertos y cines.
  
La voluntad política de total respaldo a la cultura siguió dando frutos, y así la XVII Feria Internacional del Libro en 42 ciudades y con más de cuatro millones 230 mil personas que la visitaron, ratificó su condición de ser el acontecimiento más aglutinador.
  
Mientras y con nuevas iniciativas tuvieron efecto el Festival universitario de la lectura, las Lecturas frente al mar y el Festival Leer la historia, que cerró el año.
  
El programa preparado con esmero este verano, alcanzó una buena repercusión popular, además de la labor de rescate y realización de los carnavales, parrandas y fiestas tradicionales, muy agradecidas por la población apenas como preámbulo de la continua recuperación de esa riqueza de las raíces de nuestra identidad.
  
Precisamente casi al final del verano, el paso destructor de dos huracanes paralizó apenas momentáneamente esas jornadas, y en sólo unos días junto al dolor de centenares de familias que vieron arrasadas sus comunidades, las brigadas artísticas sin tarimas ni audio, sin luces ni vestuario, se formaron de inmediato para actuar en Pinar del Río, Isla de la Juventud, La Habana, y después en Holguín, Las Tunas, Guantánamo y Camagüey.
  
La cultura deja un ejemplo estremecedor en Cuba, dijo semanas después Abel Prieto, ministro de Cultura, refiriéndose a esos colectivos de músicos, humoristas, actores, artistas de la plástica, instructores de arte y estudiantes de la enseñanza artística.
  
A ello se añade que en estos 12 meses tuvo lugar el Festival Cubadisco y se celebraron los 60 años de vida del Ballet Nacional de Cuba y su Festival internacional y la trigésima edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
  
El VII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en abril, fue otro hito que marcó el devenir de la política cultural de la Revolución, con 50 años de siempre renovado accionar.
  
Entre tanto quehacer, pese al impacto del vengativo bloqueo y las endurecedoras medidas contra Cuba, sobresalen por su mensaje de amor y solidaridad, las brigadas artísticas que siguen haciendo historia junto a damnificados de los huracanes.
  
En el 2008 nuestra cultura confirmó -y lo seguirá sembrando en el 2009-, que más allá de luces o escenarios, lo mejor está allí junto al pueblo. (AIN)