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Bloqueo a Cuba: la noria vergonzante

Bloqueo a Cuba: la noria vergonzanteEste octubre, en que se votará por 19 ocasión en el seno de la Organización de Naciones Unidas el tema del bloqueo norteamericano contra Cuba, sin dudas el mundo volverá a condenar tan brutal y violatoria práctica contra la Isla.
 
Y lo más seguro es que volvamos a ser todos testigos de la irracionalidad imperialista, la cual no conoce de convivencia ni normas y solo da validez a sus intereses y apetitos de dominación.
 
Un colega indicaba hace tiempo que el cerco de los antiguos griegos a Troya, magistralmente relatado por Homero en sus famosas La Ilíada y La Odisea, se prolongó por 10 años.
 
Siglos más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, otro brutal asedio, el de las tropas nazis a la ciudad soviética de Leningrado, duró más de un año.
  
Estos dos significativos acontecimientos estuvieron marcados por la crueldad, violencia e intenciones enemigas de rendir por hambre y penurias a los defensores.
 
En el caso de Cuba, enfrenta el sitio ya por medio siglo y que, por sus características, aplicación y fines, clasifica como acto de genocidio de la más grave magnitud, porque significa el neto intento de aplastar a toda una nación sin miramientos de ningún tipo.
 
El 70 por ciento de la actual población cubana no ha conocido otra cosa en su vida cotidiana que las limitaciones generadas por el hecho de que la principal potencia imperial del planeta haya cerrado todas las puertas a la Isla, e intente tapiar además las del resto del orbe.
 
En otras palabras, al menos tres generaciones de cubanos han nacido y han vivido bajo los nocivos efectos de la agresividad oficial estadounidense, atenidos a los criterios sociológicos de que cada 15 años puede hablarse de una nueva capa poblacional con características renovadas.
 
A nuestro país, por añadidura, les han sido despojados más de 750 mil millones de dólares por pérdidas ocasionadas por la falta de mercados, de la más elemental financiación externa o de cortes abruptos en negocios con empresas foráneas que han cedido a las presiones o han sido adquiridas por capital Made in USA, entre otros dislates.
 
En consecuencia, no ha existido minuto de sosiego para Cuba en su batalla por salir adelante económica y socialmente en estos cinco decenios de empecinamiento imperialista.
 
Todo este cruel escenario conduce entonces a afirmar con absoluta certeza que, en el caso del cerco a la mayor de las Antillas,  Washington desprecia al mundo, porque desde 1992 la Asamblea General de las Organización de Naciones Unidas, el escalón más representativo del máximo organismo global,  ha condenado el bloqueo por mayoría amplia y creciente.
 
Además, semejante asedio desdice la burda propaganda que habla de la Casa Blanca como fiel defensora de los derechos humanos, porque no puede serlo quien es capaz de negar medicamentos, insumos claves, transporte y recursos esenciales para la vida y la existencia de un conglomerado de personas. Quien, en pocas palabras, impulsa un falaz exterminio masivo contra todo un pueblo. (Por Néstor Núñez, AIN)