Economía

Reconstrucción de Haití, muchas promesas y pocas acciones

Reconstrucción de Haití, muchas promesas y pocas accionesLa Habana, 30 ago .- Después de más de siete meses del terremoto que arrasó Haití el 12 de enero del 2010, con un costo de más de 220 vidas y 1,5 millones de afectados, la situación padecida por ese país continúa siendo de emergencia nacional.

Sin embargo, no acaban de llegar en la cuantía necesaria al menos las primeras partidas de la ayuda internacional prometida a pocos días del sismo por la conferencia de donantes, que propuso 10 mil millones de dólares en cinco años.

Pero esa no es la única cifra ofrecida a la devastada nación caribeña, pues asociaciones de cooperación y organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) también hicieron sus promesas.

Lo cierto es que todavía no ha comenzado la etapa de reconstrucción y la situación inicial de emergencia apunta a no concluir.

Son los ejemplos que ilustran esa triste realidad.

Larga lista de ofrecimientos

El pasado 17 de agosto la Comisión Interina por la Reconstrucción de Haití (CIRH), dirigida por el ex presidente estadounidense Bill Clinton y el primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, aprobó en una reunión en Puerto Príncipe la realización durante los próximos tres meses de 29 proyectos con una inversión de mil 600 millones de dólares.

Sin embargo, el ministro de Economía de República Dominicana, Temístocles Montás, se refirió allí a datos suministrados por las autoridades haitianas que dan cuenta de que sólo 11 de los 29 proyectos contaban con financiación asegurada por un monto de 625 millones de dólares.

El resto de los planes sólo cuentan con respaldo monetario parcial e, incluso, algunos no tienen, a pesar de que la comunidad internacional se comprometió en encuentros formales celebrados en Nueva York y Punta Cana a desembolsar cinco mil 300 millones de dólares en un período de 18 meses para apoyar la reconstrucción de Haití, recordó Montás.

En su opinión lo más importante es que al menos hay proyectos identificados en diferentes áreas, en salud, educación, infraestructura, agricultura y para terminar de recoger los escombros en la ciudad de Puerto Príncipe.

Las iniciativas aprobadas por la CIRH están relacionadas, principalmente, con la limpieza de desechos y de las ruinas causadas por el terremoto y la construcción de hogares transitorios a favor de los damnificados ante los riesgos de la temporada de huracanes.

Con anterioridad, a mediados de julio ya el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hacía el mismo reclamo al reconocer dificultades en la recuperación de Haití, con una denuncia contra los donantes por no solventar la ayuda prometida.

Naciones Unidas despliega los esfuerzos necesarios y posibles para contribuir a la recuperación de Haití, indicó Muñoz, pero calificó la actitud de los donantes un problema.

"Los donantes fueron a la conferencia internacional, prometieron tres mil 200 millones de dólares, y hay entregados apenas unos 250 millones de dólares", criticó Muñoz, quien no precisó cuáles son los países que no han cumplido sus aportes.

El devastador terremoto del 12 de enero llevó al país de la difícil situación de estancamiento económico a desesperantes condiciones de miseria.

Con la mayor tasa de pobreza de América Latina y el Caribe, se planteó en ese momento que Haití tardaría al menos una década para que su economía se recupere del fuerte impacto del sismo. Para una economía maltrecha o casi inexistente como la haitiana, 10 años parecen insuficientes, a pesar de esas previsiones a las que se le suman ahora la morosidad y el olvido de los que más pueden aportar para ayudar a esa sufrida población.

A raíz del temblor, Naciones Unidas y el FMI coincidieron en que la economía haitiana era semejante a una de posguerra, con una caída de alrededor del 15 por ciento del Producto Interno Bruto y una estructura socioeconómica totalmente derrumbada.

Todo indica que muy poco ha cambiado esa situación, pues si entonces solo el milagro de la cooperación haría realidad el vaticinio de 10 años para recomponer a la nación y su economía, de seguir demorando la ayuda se necesitará el doble de tiempo.

Hay que recordar que mucho antes del sismo ya Haití era el país más pobre de América y durante las catastróficas tormentas tropicales de 2008, sufrió severas afectaciones en sus escasas infraestructuras y en los sectores industriales y de servicios, que ya venían padeciendo una crónica carencia de inversiones sostenidas.

Por esas razones Haití estaba incluido en el programa del FMI y el BM para los países en vías de desarrollo altamente endeudados, que nada resolvió o cambió la difícil situación de atraso y depauperación de sus habitantes antes del temblor.

Precisamente el pasado 5 de agosto el BM anunció una donación de 30 millones de dólares que darán a Haití los fondos que necesita urgentemente, para cerrar su brecha presupuestaria y mejorar la transparencia en la rendición de cuentas públicas.

El donativo irá acompañado de otros 25 millones de dólares procedentes del Fondo para la Reconstrucción de Haití establecido por varios donantes después del terremoto, y que es gestionado por ese mismo organismo internacional.

Autoridades haitianas recibieron la noticia como la posibilidad de contar con los fondos necesarios para cerrar la brecha presupuestaria y atender necesidades apremiantes, en términos de gestión eficiente y transparente de los recursos públicos.

Unos días después, el 17 del propio mes, un despacho de prensa divulgaba otro desembolso de 55 millones de dólares del propio BM para financiar programas urgentes de reconstrucción en Haití, en el que señalaba que "las reparaciones por el devastador terremoto de enero continúan".

De la cantidad total, 30 millones de dólares provienen de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco y otros 25 son parte del fondo para la Reconstrucción de Haití, con aportaciones de Brasil, Noruega, Australia, Colombia y Estonia, según se informó.

Los fondos servirán para que la nación caribeña cubra necesidades urgentes de financiación para la reconstrucción, ya que desde el terremoto los ingresos del país han caído, explicó la vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Pamela Cox.

Esos fondos son clave a corto plazo, dijo, pero urgió a los donantes a cumplir lo antes posible con los compromisos que hicieron en Nueva York a principios de este año.

A finales de marzo en la tan mencionada conferencia de donantes de Nueva York, la Unión Europea ofreció también una contribución de mil 900 millones de dólares para levantar a Haití de las ruinas, cantidad que se sumó a la lista de promesas.

Lo anunciado hasta la fecha por el BM y otras entidades bastaría para aliviar los 12 mil millones de dólares que según las evaluaciones de la ONU y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) era el monto de las necesidades para el restablecimiento de la vida económica y social de los haitianos.

Expertos en evaluación de desastres naturales de esas instituciones consideraron, que incluso retornar al estado de deterioro que tenía ese país caribeño antes del sismo, demandaba más de siete mil 800 millones de dólares.

En la larga lista de ofrecimientos no podía faltar el FMI, entidad que de forma altisonante anunció la condonación de la deuda de Haití, de 268 millones de dólares, y el establecimiento de un programa de crédito a tres años por valor de 60 millones de dólares para apoyar la reconstrucción del país caribeño tras el devastador terremoto.

Según la jefa de la misión del organismo para ese país, Corinne Delechat, el plan tendrá una meta muy delimitada, pues buscará ayudar al Banco Central haitiano a controlar la volatilidad que pueda causar la entrada de flujos muy altos de ayuda humanitaria.

Se trata, básicamente, de hacer frente a posibles oscilaciones muy fuertes de la moneda local (el gourde), de modo que se eviten subidas drásticas en los precios de productos básicos, agregó.

La financiación de ese crédito tiene un interés del cero por ciento hasta finales de 2011, tras lo cual pasará al 0,5, con una madurez de 10 años y un periodo de gracia de cinco años y medio, y cabe entonces preguntarse ¿para qué se condonó la deuda a una nación en ruinas?

Parece que todos saben que las donaciones y ayudas internacionales son esenciales para acelerar la reconstrucción y la recuperación de la economía haitiana a largo plazo, pero muy pocos cumplen con su parte, mientras otros parecen haber olvidado sus promesas. (Por Cira Rodríguez César (Prensa Latina *))

(*) La autora es periodista de la Redacción Económica de Prensa Latina.