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The Huffington Post: CUBA Y LA VIRTUD DEL DIÁLOGO

The Huffington Post: CUBA Y LA VIRTUD DEL DIÁLOGOEl diálogo con las autoridades cubanas iniciado por la Iglesia Católica y España ha sido exitoso. De hecho, tras liberar al prisionero Ariel Sigler en junio de 2010, quien, por razones de salud, decidió emigrar a EE.UU., La Habana ha acordado liberar, durante los próximos cuatro meses, a 52 de los 55 presos considerados por Amnistía Internacional prisioneros “políticos”, quienes fueron arrestados y condenados en 2003 a largas penas por estar “vinculados a una potencia extranjera” (23 de los 75 originalmente condenados ya han sido liberados). Han recibido financiamiento de Washington para promover la oposición al gobierno cubano. Esta acción constituye un grave delito en Cuba y el sistema judicial cubano fue severo con ellos.  No hay dudas de su culpabilidad: Washington, los grandes medios, Amnistía Internacional y los propios disidentes lo han admitido.

El Cardenal de La Habana Jaime Ortega y el ministro de Relaciones Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, también obtuvieron la aprobación del gobierno cubano para que los beneficiarios de estas medidas fueran trasladados a España.  Las primeras liberaciones ocurrieron el 10 de julio de 2010 y las fotos publicadas por los medios demostraron que los prisioneros habían estado bien alimentados durante su estancia en prisión. Casi todos incluso estaban pasados de peso y en buen estado de salud.  El 25 de julio de 2010, un total de 20 individuos (de los 52) voló a España.

El Cardenal Ortega afirmó que el traslado fue una “propuesta” y no una obligación de “exiliarse”. De hecho, los disidentes liberados podían quedarse en Cuba, pero la mayoría decidió abandonar la Isla y viajar a España por razones económicas obvias (entre otras), ya que el país ha estado afectado por la crisis mundial como muchas otras naciones. De los restantes 32 individuos, 10 de ellos dicen que quieren quedarse en Cuba. Moratinos también confirmó que Raúl Castro aseguró que los liberados podían regresar a Cuba en el futuro y conservar sus propiedades. Por su parte, España se ha comprometido a recibir a todos los presos liberados y otorgarles la condición de inmigrante.

Ricardo Alarcón de Quesada, presidente del Parlamento cubano, confirmó que los liberados podían permanecer en Cuba si lo deseaban.  “En Cuba hay personas que fueron liberadas de prisión hace años y se encuentran en sus hogares”. También señaló que “la intención del gobierno cubano es liberar de prisión a todos aquellos que no han cometido delitos violentos” además de las 52 liberaciones ya garantizadas por la Iglesia Católica y Madrid.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, expresó satisfacción por el éxito de la política basada en el diálogo y el respeto mutuo llevada a cabo por Madrid y el Vaticano, en contraste con las medidas represivas tomadas por EE.UU. y la Unión Europea, los cuales, en vano, han impuesto varias sanciones contra Cuba desde 1960 y 1996 respectivamente.   Según Insulza, “la decisión del gobierno cubano es un paso positivo que prepara el camino para un cambio en el clima interno de la Isla”.

La secretaria de Estado Hillary Clinton recibió con beneplácito la liberación de los 20 detenidos al describirla como una “señal positiva”. También afirmó que la administración de Obama se sentía “animada” con estas decisiones. La vocera del Departamento de Estado, Virginia Staab, expresó su satisfacción: “Consideramos la liberación de los prisioneros como un acontecimiento positivo”. Philip J. Crowley, subsecretario de Estado, aplaudió “los esfuerzos de la Iglesia Católica cubana, España y otros que han trabajado por la liberación de los prisioneros de conciencia de las cárceles cubanas”.

La Unión Europea también recibió con satisfacción el anuncio de la Iglesia Católica.  “La UE apoya de manera activa el proceso de diálogo que se lleva a cabo y está lista para facilitar la liberación del máximo número de prisioneros políticos”, manifestó Catherine Ashton, jefa de la diplomacia europea.

España, que fue felicitada por el “éxito del diálogo y la diplomacia”, ha instado a la Unión Europea a poner fin a la Posición Común adoptada en 1996. Esta política, oficialmente provocada por la situación de los derechos humanos, aún está en vigor y limita los intercambios políticos, diplomáticos y culturales entre La Habana y Bruselas. Constituye el obstáculo principal para la total normalización de las relaciones bilaterales. Cuba rechaza la posición común por ser discriminatoria , ya que la Isla está lejos de ser la peor nación del Continente en términos del respeto a los derechos humanos, según AI; hipócrita, dado que la Unión Europea de 27 países no es intachable en términos del respeto a los derechos fundamentales, también según AI; e intervencionista, ya que Bruselas condiciona el levantamiento de las sanciones a los cambios estructurales en Cuba, lo que va en contra del principio de la soberanía y la autodeterminación de las naciones.

“Este es el  momento de establecer una nueva relación entre la UE y Cuba”, dijo Moratinos, quien resaltó la “nueva actitud de las autoridades cubanas… Todos los prisioneros de conciencia, y políticos, serán liberados en un plazo de cuatro meses, e incluso antes”, añadió.

La diplomacia española y la Iglesia Católica han demostrado que el diálogo basado en el respeto mutuo y la no interferencia es la mejor receta para lograr resultados.  Madrid y el Vaticano se han dado cuenta de que La Habana no responde al lenguaje coercitivo y que las políticas de sanciones están predestinadas al fracaso.

Tras la liberación de 32 prisioneros clasificados como “políticos” en los próximos cuatro meses, solo tres considerados prisioneros de conciencia por Amnistía Internacional permanecerán detenidos.  Sin embargo, ellos también probablemente sean liberados durante el mismo período, según las declaraciones de Ricardo Alarcón. De tal modo, la principal acusación contra el gobierno cubano, los prisioneros de conciencia, quedará invalidada y por lo tanto, la Unión Europea estará obligada a retirar la Posición Común.

Pero los gestos más significativos deben venir de EE.UU., ya que su gobierno ha impuesto sanciones económicas contra Cuba durante medio siglo, las cuales, lejos de afectar a sus líderes, han afectado a los sectores más vulnerables de la población cubana y han constituido el principal obstáculo para el desarrollo del país.

El presidente Barack Obama ha expresado reiteradamente su deseo de normalizar las relaciones con La Habana. Puede dar un paso inicial en esa dirección al liberar a los cinco prisioneros políticos cubanos que han permanecido encarcelados en EE.UU. desde 1998 por infiltrarse en los grupos violentos del sur de la Florida que son responsables de docenas de ataques terroristas contra Cuba.

Amnistía Internacional; el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias; por lo menos 10 Premios Nobel; el ex presidente de Irlanda, Mary Robinson; todo el Senado mexicano; el ex jefe del Estado Mayor de los Estados Mayores y luego secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell; Lawrence Wilkerson; 100 miembros del Parlamento de la UE; la Asociación Nacional de Abogados de la Defensa Criminal; la asociación académica Cuban-American Scholars; la Federación Iberoamericana de Ombudsmen; el National Jury Project; el Instituto William C. Velásquez; la Asociación Política Mexicano-Americana; National Lawyers Guild; la Conferencia Nacional de Abogados Negros; Civil Right Clinic, de la Facultad de Derecho de la Universidad Howard; la Asociación Internacional de Abogados Democráticos; Florida Association of Criminal Defense Lawyers-Miami Chapter; el Centro para la Política Internacional y el Consejo de Asuntos Hemisféricos, todos han exigido la liberación de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero Rodríguez, Ramón Labañino Salazar, René González Sehweret y Fernando González Llort.

Bastaría una simple orden de absolución.  Es hora de que el presidente Obama, cuya elección despertó tanta esperanza en el mundo, actúe.

Por: Salim Lamrani*

* Universidad de la Sorbona, Paris

(Tomado de antiterroristas.cu)