¡Flagrante violación de los derechos humanos!

Olga Salanueva sostuvo la mirada. Firmeza y evocación asomaron al unísono cuando le pregunté si era posible que visitara en la cárcel a su esposo René González, luchador antiterrorista preso en Estados Unidos desde hace una década.
   
Su respuesta emergió sin amilanamientos: “Desde el mes de julio último el gobierno de Estados Unidos, por intermedio de su Oficina de Intereses en La Habana, me comunicó que soy inelegible para entrar a ese país, en esa categoría me incluyen y tratan con ello de perjudicar más aún a René.
   
Olga, joven y valerosa, desde hace 10 años tuvo que enfrentar la educación y cuidado de sus hijas a la par de la lucha porque se haga justicia en el caso de su marido, quien al igual que Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, fueron víctimas de un amañado juicio en Miami.
   
“El gobierno de Estados Unidos viola una y otra vez el derecho de todo prisionero a que lo visite su familia. Mis hijas no pueden ir conmigo a ver a su padre, voy a seguir denunciándolo en el mundo entero”, recalca.
   
La esposa sufre la ausencia de René, pero su voz se levanta enérgicamente:
   
“El está firme, en este momento esperamos por la presentación del caso al Tribunal Supremo norteamericano, al que le asiste el derecho de aceptar o no nuestra reclamación, pero no se amedrenta, nuestra lucha es justa y a ella se suman cada vez más personas en el mundo”, asegura Olga.
   
A Adriana Pérez la mirada se le pierde. Trigueña, joven, bonita y enamorada de su esposo Gerardo. Desde julio último espera, por novena ocasión, la respuesta del visado para ir a visitarlo.
   
Ellos son un matrimonio que vieron truncos sus deseos de procrear, caminar por el malecón de la capital cubana y gritar al viento su amor sano, noble, verdadero…
   
Adriana comenta sobre las fechas significativas en que no pueden estar juntos:
   
“Ahora todos los cubanos celebraremos los 50 años del triunfo de la Revolución, una fecha muy especial…
   
“Estamos conscientes de que su regreso no será de forma voluntaria por parte de ningún gobierno norteamericano, sino impulsado por la opinión pública internacional, también el derecho de que Olga y yo realicemos nuestras visitas familiares en la cárcel será el resultado de esa misma opinión”, afirma Adriana.
   
“Diez años de lucha, sufrimientos, marcan a cualquier ser humano, mucho más cuando es por la obstinación e injusticia del gobierno de Estados Unidos, pero ellos son ejemplo…
    
“Nuestra convicción es seguir delante, continuar la denuncia a las arbitrariedades y violaciones que hemos sufrido y no descansaremos hasta que estén de vuelta en Cuba”, dice la joven. Su rostro se torna férreo y asevera:
   
“Nos queda todavía un largo camino por andar, y los Cinco mantendrán su convicción y firmeza mientras exista un cubano, un ser humano luchando por su libertad”.
   
Antonio Guerrero lleva más de 25 días encerrado en total incomunicación. Se trata del llamado lock down, confinamiento en solitario impuesto por las autoridades de la cárcel a toda la población penal ante la ocurrencia de un hecho violento. Su madre Mirtha Rodríguez, explica:
   
“Esos días encerrado constituyen una situación psicológica fuerte para él, genera un estado de ansiedad que puede preocuparlo, pero su entereza es increíble, al igual que la de sus hermanos…
   
“En todos los momentos están preparados para esas dificultades y nos han alistado a nosotros para ser fuertes y esperar, y pensar que hay una razón poderosa y es la resistencia, el amor a la Patria, a su familia y a la humanidad. Nosotros comprendemos ese sacrifico y marchamos al frente en esta lucha…
   
“Romper esos muros de silencio nos lleva a discutir con valentía y esperanza que nos acepten el reclamo, se haga justicia y nuestros hijos regresen a casa. El momento es difícil, ellos no están solos, los acompaña el optimismo”, afirma esta madre, una mujer anciana que anhela a su hijo…
   
¿Dónde están en este minuto los paradigmas de los derechos humanos que tanto grita el imperio por el mundo? ¿Acaso Gerardo, René, Antonio, Ramón y Fernando no tienen derechos? (Bárbara Vasallo Vasallo/Servicio Especial de la AIN)